miércoles, 15 de julio de 2009

American Weekend (CALAVERAS MC BCN)


07:00 h. de la mañana de un sábado, pero no cualquiera. La "troupe" calaveril nos encontrábamos el pie del cañón ultimando detalles y cargando el ajuar para empezar la fiesta que habíamos organizado: AMERICAN WEEKEND. El nombre ya da indicios de lo que podía deparar la fiesta: country, motos, cerveza, hamburguesas...

Al cabo de una hora estábamos totalmente desplegados montando barras, carpas, innumerables barriles de cerveza (eso jamás puede faltar)... Todos aportando su grano de arena para ofrecer un buen evento y que los asistentes llegasen a sus casas con un buen sabor de boca. Miembros, amigos, supports, cónyuges... Todos doblando el lomo, desinteresadamente y con todas las ilusiones puestas en ése sábado.

Empiezan a despuntar por el horizonte las primeras motos. En poco tiempo, la explanada habilitada como parking llegaba al límite de su aforo. Tuvimos que improvisar rápidamente un lugar para que los cowboys sedientos de cerveza y fiesta pudieran dar un respiro a sus caballos de hierro.



La barra era un desenfreno de ir y venir de cerveza y bocadillos a lo americano, aunque el toque español lo daba la chistorra, y el toque transgresor gastronómico lo dió la ausencia de la clásica butifarra tan vista en este tipo de eventos. El exotismo de la barra estuvo en un original surtidor del preciado Jägermeister que, como si de algún tenebroso laboratorio se tratase, era servido con unas probetas a modo de "chupitos".

El Sol hacía ya estragos. El rojo "guiri" ya empezaba a notarse entre los que para algunos eran nuestras primeras exposiciones prolongadas al Sol de la temporada.

El polvo en la entrada no cesaba de revolotear en el aire, provocado por el ir y venir constante de motos y autos. Mientras tanto, en el interior de la sala de baile, los grupos amenizaban la calurosa fiesta, bajo la agradecida sombra del local, en la que algunos expertos bailarines ofrecían un espectáculo de baile country al compás de los grupos.



Pero detrás del telón, ese espacio que no se ve y que es donde se hace el trabajo para que la función sea un éxito, los Calaveras dábamos lo máximo de nosotros para que aquello que habíamos organizado con gran ilusión tuviera sus frutos.

El ocaso ya se empezaba a divisar en el cielo. Los sempiternos faros encendidos de las motocicletas ya empezaban a iluminar el camino por el que habían venido. Felicitaciones constantes de los que asistían formaban parte de la despedida.

El negro manto del cielo ya dominaba la extensión. Llegaba el momento de un merecido descanso, esa merecida cerveza tomada con tranquilidad, junto a los hermanos. Las agujetas y el sopor en la piel del sol empezaban a pasar factura, pero todo había valido la pena. ¡ Habíamos montado una buena !

Ahora tocaba el camino inverso. Desmontar barras, carpas, surtidores, mesas... Vuelta al local, descargar... y tomar la penúltima en nuestro humilde pero acogedor agujero, saboreando la exitosa jornada que con tanto entusiasmo y humildad habían organizado unos rudos moteros. Pero el éxito no fue únicamente gracias a esos rudos moteros. Sus mujeres, amigos, supports... esas personas que desinteresada y altruistamente siempre están ahí, con disposición absoluta a ayudar, colaborar, doblar el lomo... Personas que ayudan a que un club con 22 años de vida siga viviendo y consiga la inmortalidad.

Y como no, gracias a todos esos sedientos cowboys que vinieron a compartir con nosotros tan inolvidable dia, que sin su presencia, no hubiera sido lo grande que fue.

domingo, 5 de julio de 2009

Barcelona - L'estany - Mura - Barcelona


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Salgo de Barcelona dirección Granollers por la C-17. A la altura de Mollet, cogiendo la C-59 dirección Caldes de Montbui. Pasado Caldes de Montbui, atravieso Sant Feliu de Codines, para emprender dirección Moià por la misma carretera. Desde Caldes ya empezamos a disfrutar de buenas curvitas, aunque pasado Sant Feliu es donde notaremos que sube el fresquito de las cimas y empezaremos a sentir los agradables olores que nos deparan los bosques que atravesaremos.




Atravesando el bonito pueblo de Moià, encuentro casi al final un desvío a la derecha que indica L'estany, también por la C-59



Si las curvas de antes me han hecho agradecer el paseo, ahora mi disfrute va en aumento. Casi llegando a L'estany, como si de un oasis se tratase, descubro a mano derecha una fuente natural de agua fresquísima, bajo las sombras de unos pinares, feudo de numerosos ciclistas y caminantes que allí paran para avituallar el sudor gastado.






Ahora viene el momento de reponer fuerzas. Después de un agradecido refresco en mi particular oasis, sigo por la misma carretera, y a un par de kilómetros, entrando en el pueblo de l'Estany, aparco la burra enfrente del Hostal Grau, donde saciaré el estómago con yantares como estos:






Después de saciado el hambre con tales suculentos productos, reemprendo la marcha a Barcelona, pero esta vez rodeando el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt. Para ello, cojo de nuevo la misma carretera por la que he venido, hasta llegar a Moià. Casi al final del pueblo, un desvío a la derecha, el cual reza: Calders - Manresa


Los primeros kms de esta N-141 me estaban pareciendo algo aburridos, y no por el paisaje, sino por el ancho de la carretera y curvas largas y abiertas, no precisamente divertidas. Pero esta sensación, afortunadamente, pronto se acabará. Mientras continúo, una vez pasado el pueblo de Calders, encuentro una rotonda. Dilema, por dónde pillo ? Decido coger la salida que pone dirección Sabadell, y cuál es mi gozo, cuando encuentro una carretera como esta:






Ahora sí que estoy como pez en el agua ! Una solitaria carretera con curvas sin una recta que respiren, bordea el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt. Como hasta ahora todo era improvisado, estoy a la expectativa de ver qué nuevos destinos me depara el dia de hoy. Así que, mientras aún no he saciado mi hambre curvera, un escondido desvío encuentro a mi derecha, en el que dos ciclistas descansaban apoyados en la señal. Paro junto a ellos, y después de formalidades varias, me recomiendan continuar por esa carreterilla dirección Mussarra. Así que ni corto ni perezoso, sigo los consejos de esos hombres que parecían duchos en conocimientos en cuanto a la comarca que hasta ahora estaba atravesando.

Después de unos 8 kms por esta carretera que a duras penas caben dos motos, voy a parar a una comarcal, en la que me dirijo hacia Mura




Más adelante, un desvío que reza: Ermita de Sant Antoni - Font de l'Era. Pues allá voy !!!







Una carreterilla vertiginosa me lleva de bruces a la pequeña ermita, solitaria, y acompañada únicamente por el correr del agua de un pequeño riachuelo, y que ni pintado ha venido para sentir cierto alivio bajo tanto sol, y que no me lo pienso dos veces en zambullir en él mi sudorosa y caliente cabeza...





A unos centenares de metros de la ermita, el hermoso y pintoresco pueblo de Mura, por el que vale la pena perderse a pie por sus calles



Ya va siendo hora de volver al redil, pero quiero hacerlo a la aventura; así que saliendo de la carretera de Mura, en dirección al parking municipal, cojo otro desfiladero dirección Rocafort. Ni idea de donde aparecería, pero los kilómetros por esa senda bien merecían la pena


Aparezco al final en Pont de Vilomara, muy cerca de Sant Vicenç de Castellet, y ya más familiar para mi esa zona. Por la misma carretera de Sant Vicenç de Castellet continúo dirección Barcelona, para volver por la carretera de Monistrol y Olesa de Montserrat, bordeando la emblemática serranía de la provincia.